Conclusión

Esta experiencia ha sido aún más intensa que la del año pasado, es una situación diferente la cual no esperas no ver la cara de los niños sonriendo, o no tener un hueco para abrazarles. Pero como docente hay que saber mantener el orden y luchar por el bien común.

Ha sido una mezcla de emociones, y también un reto a nivel personal, al igual que una afirmación para seguir luchando por llegar a ser docente.

Los niños aprenden, pero también enseñan, dan pequeñas lecciones a nivel moral de una manera sorprendente, y eso me ha mostrado que verdaderamente es mi vocación.

He aprendido muchísimo, tanto de la experiencia de los diferentes docentes como del sistema del propio colegio y los recursos que este proporciona. Dando las gracias a todos ellos por darme la oportunidad de formar parte de esta pequeña familia, que desde pequeña he visto crecer.

Y dando las gracias a cada una de las personas que me ha ayudado a trabajar mi formación y aportar mis diferentes contenidos que gracias a ellos he aprendido.

Creo que es necesario vivir estas prácticas, porque en mi opinión son la parte principal de la formación que cada persona necesita para ver claro si es su propio futuro.

En mi caso creo que deja ser una vocación para ser un sueño el dedicarme a enseñar, marcando una pequeña huella en la vida de otras personas.